En la ruta de este fin, fuimos a Polvorín.

    Esta semana estuvo activa, entre trabajo el de campo y diligencias personales, en realidad no tuve un descanso, pero como dicen por ahí: “Un paso a la vez (Anónimo s/f)” si ya sé es una frase trillada de resciliencia o resistencia -como lo quieran llamar-… En resumen, estuve full y el grupo de whatsapp también, ya se había decidido la ruta, un rato al óvalo de Turmero a ver la competencia del Campeonato Nacional y Copa Venezuela de Mountain Bike que se llevaría a cabo en el lugar y luego al río de Polvorín (área recreativa Polvorín, ubicada en el Parque Nacional Henri Pittier).

   Una vez más la “Gatialarma” se activó temprano (4:45 am) el Gatociento comenzó a maullar, pues quería jugar a esa hora con su dueña mi colega Biomavoelger, así que nos tocó preparar las cosas y el desayuno, al salir de casa junto a Biomavoelger como compañera de rutas fuimos al primer punto de reunión esperamos pocos minutos al resto del grupo para posteriormente ir al siguiente punto de encuentro y reunirnos con los hermanos de Cocobike y continuar hacia nuestro destino.

   El cielo estaba despejado y el recorrido estuvo suave con poca afluencia de vehículos, al llegar al 2do punto de encuentro ya nos estaban esperando, por lo que no nos detuvimos mucho tiempo, y así continuamos hacia Turmero, la ruta estuvo bastante relax, de hecho el tráfico estuvo “ligero”, sin embargo no todo es “perfecto” como dicen, en un sector de la Av. Intercomunal Maracay-Turmero tuvimos un detalle técnico gracias a que al parecer hubo un siniestro el día anterior y los restos de vidrio estaban en el pavimento y hubo unos frenazos obligatorios, sin embargo una de nuestras muchachas se cayó al derrapar sobre los fragmentos de cristal, sin embargo no pasó nada, luego de los primeros auxilios y revisar las llantas continuamos, en el sitio histórico Samán de Guere nos esperaba nuestro colega de Cocobikes, seguimos hasta llegar a Turmero a esperar a una de las muchachas de Cocobikes para posteriormente ir al óvalo.

El Samán de Güere, monumento histórico nacional de Venezuela
Foto © Biomavoelger Oct. 2021. 

   Llegamos al óvalo de Turmero, vimos a Popo y al Motoratón, nuestros anfitriones del domingo anterior, y justo a tiempo,  minutos antes de dar inicio a la Copa Venezuela de Mountain Bike, el grupo se adelantó unos metros, vi a una gran amiga Yeselyn Guerra Nro 352 de team Limón Bike que estaba compitiendo, nos acercamos al stand de los amigos Le Tourbike que nos recibieron como de costumbre y trato especial a las Mandarinasbike, compartimos un buen rato con ellos y aprovechamos para mirar otros stands, malliots, componentes, repuestos y otras bicicletas –rin 29, 27.5 y 26 nada mal…-  las muchachas tuvieron oportunidad de rodar unos metros las bicicletas Solbike rin 29, mientras tanto yo estuve viendo otras máquinas, mientras tanto, un Drone estaba filmando el evento.

Un trayecto de la pista.

   El tiempo pasaba, los corredores dando vueltas, esperando los chequeos preliminares antes de arrancar, el ambiente muy ameno, la gente compartiendo, el drone filmando, y las bicicletas rodando o paradas en los alrededores de la tarima rin 29, 27.5 y 26 algunas en los stands, debo confesar que es la 1era vez que asisto a un evento como este, y quizá en el futuro logre participar en uno, eso sí, debo entrenar bastante, pero es una meta a mediano plazo.

Algunas bicicletas Rin 29 en exhibición.

   Despejaron la pista, los competidores tomaron sus posiciones, en esta categoría hubo 39 corredores y las damas tuvieron una participación importante, últimos segundos para esperar la señal de partida, la competencia inició y los corredores salieron a toda velocidad

Inicio de la competencia.

   Fue impresionante ver como subían la pista sin tanta complicación, al mismo tiempo me impresionó ver como un error de cálculo de un ciclista le costó caer por el barranco, al alzar la vista vi a otros corredores en la parte superior del recorrido, lo que me costó a mi subir en unos 15-20 minutos poco a poco, los corredores elite lo hicieron en 3-5 minutos, lo cual me hizo pensar: entrenar y entrenar para tener esa condición física si deseas competir en tu categoría…Así me despedí del ovalo de Turmero, impresionado por la competencia, los stands y las bicicletas, el destino: Área recreativa Polvorín, la oficina como le digo yo a mi área de trabajo.

   Ahora bien, rumbo al área recreativa, la rodada estuvo tranquila, sin embargo, una de las Cocobike venía con agotamiento, pues era la primera vez que hacia un recorrido tan largo, una de nuestras mandarinas tuvo un espiche, sin embargo se resolvió de inmediato y continuamos poco a poco, al llegar a Polvorín pude ver la gran actividad comercial producto del turismo de los fines de semana, también vi cara conocidas , las cuales saludaron como de costumbre y con su sonrisa, al cruzar el primer paso de río pude escuchar: ¡woooo, está frio, sabrosa el agua! y demás comentarios, quedaba el ultimo trecho, ahí me conseguí con un amigo y aliado de la conservación que vive en las adyacencias del área, nos recibió amablemente, conversamos unos minutos mientras que mi colega Biomavoelger siguió el recorrido hasta el punto donde dejaríamos las bicicletas para iniciar la caminata.

   Pasaron otros minutos mientras el grupo tomaba un descanso, surgió otro espiche, una vez que nos reorganizamos di inicio a la caminata, como guía estaba explicando al grupo el papel de la comunidad en la reforestación del área, la importancia ecológica de la biodiversidad y su conservación, esta actividad fue manejada bajo el enfoque de turismo sustentable, mi compañera Biomavoelger también estaba dando explicaciones sobre el bosque de galería, la sabana de montaña e importancia ecológica de los anfibios, digamos que entre los dos dimos una guiatura ecológica.

Inicio del Trekking.

   Atravesamos una zona de sabana de montaña y en el sendero aparecieron rostros conocidos, habitantes de la montaña que nos saludaron como de costumbre, con su parsimonia y una sonrisa característica de ellos, llegamos a la entrada del Pozo del Indio, como guía del recorrido, bajé con precaución por el tema de las serpientes y al mismo tiempo despejando una rama seca que estaba al borde de la roca, llegó el grupo completo y nuevamente los comentarios de asombro: Que bello, impresionante, Naguará, entre otros. Posteriormente saque una driza del morral y la fijé a un árbol para bajar a la orilla del pozo por si los muchachos se animaban a bajar, miré con cuidado nuevamente el área por las serpiente, por suerte no había ninguna, ya abajo, decidí darme un chapuzón, mientras los muchachos estaban sobre la roca comiendo. Definitivamente, el pozo es profundo, a pesar de estar en la orilla.

Una vista corta del Pozo del Indio Foto © Crios de Cocobike.

   Luego del mini baño, el grupo decidió refrescarse unos metros río arriba, ahí se acomodaron para descansar, conversar, tomar fotos, comer e incluso reparar un espiche, pasado el rato, llegaron unos adolescentes de la zona a disfrutar del pozo del Indio, con tal naturalidad y parsimonia saltaron desde la roca al pozo varias veces, ahí estuvimos varios del grupo viendo la habilidad de uno de ellos que saltaba “sin temor a nada” y al mismo tiempo advertía a uno de sus compañeros: “Si estás dudoso, mejor que no saltes”, así pasamos el rato, los muchachitos se fueron, nos reintegramos al resto del grupo.

   Transcurrió un buen rato, hasta que decidimos partir, la caminata estuvo suave, hasta llegar a una quebrada donde recargaron agua y continuamos para hacer un par de fotos grupales antes de retirar las bicicletas, luego de organizarnos nos despedimos de nuestros anfitriones y notamos que la afluencia de turistas había aumentado en relación a cuando llegamos, lo mismo en el caserío, la música y unas cervezas era lo que estaba a la vista, niños y adultos chapoteando, disfrutando, y luego disfrutar del falso plano y el viento favorable, hasta llegar a la casa de uno de los riders de Cocobike donde tuvimos un compartir, aproveche de ayudar a montar unos cauchos nuevos a una bicicleta y posteriormente retornamos a nuestros hogares.

   En esta ruta no utilicé la aplicación Relive porque el teléfono estaba descargado. Sin embargo, tomando en cuenta los datos de otra de las muchas, estimo que mi recorrido fue de 65 km (ida y vuelta).

Profesor de Biología, naturalista, aprendiz de Fotografía y Zoología con énfasis en la Diversidad Biológica Venezolana.