Fotografía de Naturaleza: La ética del fotógrafo.

  La ética es un concepto que puede ser interpretado desde diversos puntos de vista, es decir, no solamente se “enfoca” en el ámbito profesional, sino en lo personal partiendo del hecho de que la educación y formación de todo ser humano comienza desde el hogar. En este sentido, debo recordarte que ser fotógrafo también está inmerso dentro de la ética, la cual se puede definir como un acumulado de principios y valores que rigen nuestros actos en el ejercicio de la fotografía, cuyo pilar fundamental tiene su origen en la responsabilidad que posee el fotógrafo en la práctica y que aplica para aquellos artistas principiantes-intermedios y avanzados, sin discernir o menospreciar la categoría en la cual se ubica el artista: deportes, modelos, retratos, urbano, arquitectónica y desde luego naturaleza, entre otros.

Relevamiento por encuentro visual, Jardín Botánico de Maracaibo
 Foto © M.Voelger 2019.

  La fotografía de naturaleza nos brinda una cantidad de situaciones que podemos inmortalizar mediante el uso de nuestra cámara fotográfica, adicionalmente nos acerca al mundo natural, en el cual ocurren situaciones que pasan desapercibidas para la mayoría de las personas, como por ejemplo el proceso de polinización de las plantas, como las hormigas cortadoras de hojas (Atta sp.) realizan sus recorridos transportando pequeños trozos de hojas hasta su nido, donde los colocan en una recamara para cultivar un hongo el cual es su fuente de alimento. Son muchos los fenómenos o procesos naturaleza que podemos captar a través de nuestro equipo, por lo que describir cada uno de ellos quedaría para seguir escribiendo artículos para el blog.

Hormigas cortadoras de hojas / Atta sp.

  Sin embargo, debo recordarte que como fotógrafo de naturaleza –principiante-medio-avanzado- debes tomar en cuenta que debes  mantener el respeto hacia otras formas de vida por muy “insignificante” que parezca el hecho de pisar un camino de hormigas, cortar una flor, una planta, e incluso caer en la tentación de perjudicar el entorno en busca de esa foto ideal estamos alterando el equilibrio del ecosistema. Otro de los aspectos a considerar es el hecho de que hay que documentarse sobre la biología, ecología, conservación sobre la especie a fotografiar, si bien es cierto, que en muchos casos la fotografía es ocasional, debemos tener en cuenta, por ejemplo, que las plantas poseen estructuras urticantes como mecanismo defensivo, las abejas, avispas y similares pican con su aguijón, un mosquito puede transmitir la malaria e incluso en nuestro andar por el campo, podemos pisar una serpiente y esta puede ser venenosa, en este sentido, tanto plantas como animales “comunes” pueden causar reacciones adversas en el estado de salud e incluso la vida del fotógrafo de naturaleza. Por consiguiente, si estamos realizando actividades al aire libre siempre es bueno solicitar los permisos correspondientes ante la autoridad competente ya que podemos estar dentro de un Parque Nacional, Monumento Natural –en el caso de Venezuela- e incluso si se trata de una reserva o propiedad privada, respetando la normativa legal vigente e incluso las normas, sugerencias, consejos y estilo de vida de las personas que hacen vida dentro de estos espacios.

Fotografía de aves en el Hato El Cedral, Estado Apure, Foto © Merlo 2012.

  Al igual que otras profesiones, la fotografía de naturaleza también tiene sus riesgos, tal y como lo mencioné en el párrafo anterior, la biodiversidad es tan amplia que los mecanismos defensivos son variados y pueden perjudicar al ser humano, por lo que siempre hay que mantener seguridad y precaución la mayoría de los fotógrafos de naturaleza son conscientes de esto, y más cuando se trata de trabajo de campo, donde todas las especies son silvestres recordando que nosotros somos los que estamos en su hábitat natural por lo que en muchos casos podemos toparnos con situaciones delicadas/extremas al tener encuentros con animales  solitarios o grupos con crías juveniles o recién nacidas, los cuales al sentirse amenazados optaran por huir o defenderse, por lo que es importante contar con una planificación previa al trabajo de campo que incluya un protocolo de primeros auxilios y planes de contingencia en caso de un accidente. Adicionalmente, hay que tener en cuenta las condiciones meteorológicas y las del terreno y al mismo tiempo, NO acercarse demasiado ni manipular los animales así reducir los riesgos durante la actividad de campo, recordemos que nuestros equipos de fotografía tienen zoom óptico o digital.  Ahora bien, hay que evitar la colecta de ejemplares para realizar fotografía en estudio ya que esto genera una situación de estrés y alto riesgo para el animal y el manipulador-colector y en caso de ser así es necesario/obligatorio retornar al ejemplar luego de la sesión de fotos al mismo sitio donde fue colectado, peor recuerda, esta maniobra debe ser realizada estrictamente por profesionales, recuerda que hay leyes que protegen la biodiversidad y su caza-colecta o deforestación acarrea sanciones administrativas-penales supervisadas bajo las autoridades competentes.

Pato Guirirí / Dendrocygna vudata Fundo El Trébol 2018.

  Por otra parte, cuando realizamos fotografías a las flores generalmente las realizamos en el jardín, plazas o parques. Sin embargo, cuando las realizamos in situ, es decir, en campo hay que evitar cortar, podar, deforestar zonas de vegetación para buscar el encuadre ideal, la foto “pensada” o realizar un refugio para pasar gran parte del día escondido haciendo fotos, recordemos que las plantas también son protegidas por las leyes en especial aquellas que están bajo una categoría de amenaza como Vulnerable, En Peligro, etc. Al mismo tiempo, no es malo reconocer o informar cuando una fotografía fue realizada en condiciones controladas, de hecho, muchas fotos para libros, revistas, páginas webs o material divulgativo ha sido hecho en zoológicos, los cuales representan una mayor “tranquilidad” para las especies mantenidas en cautividad con cierto nivel de tolerancia hacia las personas, especialmente sus cuidadores. Al mismo tiempo, hay otro aspecto que debo comentarte, y es el hecho de que hay que pasar desapercibidos en el entorno esto no aplica solamente para las especies salvajes, sino también por nuestra propia seguridad, ya que algunas veces estamos dentro de una propiedad privada o parque nacional donde podemos estar compartiendo estos espacios con otras personas desconocidas teniendo presente que nuestros equipos son costosos y siempre evitamos llamar la atención de esos ciudadanos amigos de lo ajeno.

Zamuros / Coragyps atratus Fundo El Trébol 2018.

  Hay algo muy importante que quiero comentarte, esto hace referencia al hecho de NO revelar la localidad de especies raras/amenazadas salvo a autoridades ambientales competentes –siempre y cuando lo requieran-, museos, investigadores profesionales que estén realizando algún trabajo de investigación con la especie en particular. Si bien es cierto que nos gusta compartir nuestro trabajo fotográfico en redes sociales, también hay que considerar que los extractores/traficantes de fauna también operan en estas redes por lo que revelar estos datos a veces resulta una contribución a la cacería y extracción ilegal de fauna, la cual merma el número de individuos de la población en dicha localidad. Por otra parte, tenemos que mantener el lugar limpio y dejarlo en mejores condiciones de cómo lo encontramos, es decir, la basura no llega sola al lugar donde estamos trabajando, pero si podemos contribuir a retirarla del sitio. En este sentido, nada nos cuesta aportar nuestro grano de arena en la limpieza del hábitat natural de las especies que tanto nos gusta fotografiar, además, ya que estamos en la era digital, podemos publicar algún mensaje, estado, foto, haciendo un llamado de atención y reflexión sobre la basura que muchos ciudadanos inconscientes dejan en la naturaleza.

Saco de dormir abandonado en el sendero "Las Toyotas"
rumbo al Pico Naiguatá, P.N. Waraira Repano 2009.

  Ya para concluir, basta tener sentido común para aplicar algunos principios éticos en la práctica de fotografía de naturaleza por nuestra seguridad y la de las especies de fauna y flora donde nos encontramos tratando de causar el menor impacto ambiental negativo posible.

  Agradecimientos a Margareth Voelger y Luis Merlo por el préstamo desinteresado de sus fotografías para la elaboración de este artículo. 

Profesor de Biología, naturalista, aprendiz de Fotografía y Zoología con énfasis en la Diversidad Biológica Venezolana.