El que persevera
vence (Anónimo s/f) una frase muy popular que resume el esfuerzo, trabajo,
dedicación e incluso sacrificio cuando nos planteamos un objetivo, una meta, un
proyecto a corto, mediano o largo plazo. En este sentido, podría citar otras
frase o refranes comunes que ayudan a sopesar todo el esfuerzo dedicado para
lograr una meta personal, profesional o académica. Desde luego, no pretendo
“romantizar” este tipo de situaciones, de hecho, considero que cada persona
trabaja en función a sus posibilidades, tiempo y recursos disponibles para tal
fin. En este sentido, quiero compartir
con usted apreciado lector un resumen (si es que el termino aplica) y a su vez
compartir el logro académico profesional que he alcanzado recientemente.
Inició la
universidad, aun con los conocimientos previos debo admitir que en esta ocasión
tuve que flexibilizar mi pensamiento, pues mi formación previa era en ciencias
aplicadas y ahora el proyecto final está inmerso en la pedagogía, es decir,
adquirir las herramientas necesarias para poder transmitir el conocimiento de
manera más amena y pedagógica (lo cual coincide con el slogan del blog y un
pensamiento que reza a continuación: “Traduciendo a la ciencia para crear
conciencia (Gómez, 2000)” tuve muchos
compañeros de clase y amigos desde luego, destacan todos los profesores del
departamento de Biología que estuvieron durante mi formación y otros
pertenecientes al área de Componente Docente, amistades que se fueron
cultivando dentro y fuera del aula de clase y que aún hoy en día se mantienen
vigentes así como también estudiantes dentro y fuera del departamento de
Biología.
El tiempo transcurría y la formación continuaba durante el pregrado, ensayos, exposiciones, seminarios, jornadas de investigación, prácticas de laboratorio, trabajos de campo y demás actividades académicas son el “gancho” que atrae y enamora al profesor de biología en formación y cuando hay vocación es una buena combinación, me salió un verso (risas) por lo hago un llamado a la reflexión a los colegas: NO sean parte de la Escuela deformadora, es decir, docentes que no les gusta el laboratorio o campo y transmiten su rechazo a estas actividades a sus estudiantes castrando el ánimo de sus estudiantes a formarse, eso es una actitud poco profesional y lastimosamente mediocre, los factores socioeconómicos actuales del país influyen, sin embargo, existe la modalidad “full day” como en el turismo y se pueden realizar prácticas de campo muy interesantes y productivas.
Continuando con el relato, debo admitir que mi formación fue sin lugar a dudas, significativa, el nivel académico. compromiso y exigencia de mis profesores dentro del departamento de biología fue alucinante a pesar de la situación socioeconómica del país y de la universidad (debo aclarar que no pienso extenderme en esta línea del relato). Por otra parte, el esfuerzo y horas de estudio invertidos en mi carrera son invaluables, sorteando gran cantidad de escollos y situaciones incontrolables y otras no tanto, así que aprovecho para agradecer a todas las personas que estuvieron presentes apoyándome en todo momento, tanto los buenos y los malos, demostrando la lealtad hacia nuestra amistad llena de infinita reciprocidad.
Por otra parte, aprovecho para honrar la memoria de mis primeros maestros en la Herpetología: Edwin Rojas, quien orientó mis primeros pasos en el conocimiento de las serpientes de Venezuela y me dio la oportunidad de trabajar en el Terrario del Zoológico las Delicias como guía y posteriormente auxiliar veterinario, Marco Natera profesor de la UNERG, quien me enseñó sobre taxonomía y sistemática de las serpientes de Venezuela, Saúl Gutiérrez, director del Zoocriadero Ecopets, Terrario del Parque del Este, Caracas quien me enseñó sobre Biología de la conservación y me dio la oportunidad de trabajar como asistente Veterinario en el Terrario, Irma Fernández “La Negrita” mi mentora en la caracterización de venenos en el laboratorio Biotecfar, José Rangel “Maiki” compañero de clases y un amigo que brillaba con luz propia a pesar de las adversidades de su entorno y que a temprana edad partió a otro plano y no menos importante, Manuel Gómez, mi papá con quien compartí en los últimos años de su vida muestreando en el Fundo El Trébol, observando la fauna del lugar, a pesar que no están en el plano físico, siempre están conmigo.En este sentido, el agradecimiento primordial va dirigido a mis familiares, amigos, hermanos scouts, Biopanas dentro y fuera del país que siempre estuvieron ahí apoyando mis ideas, metas y proyectos, haría una lista muy larga al nombrarlos, pero ellos saben que han aportado muchísimo a este gran logro. Este es solo el principio, al igual que mi formación como adulto scout, logré aprobar el curso de Insignia de Madera en la unidad Clan, en esta ocasión, la formación y crecimiento profesional y académico continuaran hasta superar el postdoctorado para continuar con mi labor educativa y llevar el conocimiento a donde sea necesario.
Parafraseando a Gustavo Cerati (1997): Esto no habría
sido nada sin ustedes, sino con toda la gente que estuvo a nuestro alrededor
desde el principio, algunos siguen hasta hoy…
¡Gracias, totales!