Hacia un par de semanas que no había podido salir a rodar con las mandarinas por cuestiones laborales, sin embargo, nunca es tarde para rodar. Durante este tiempo han ocurrido cosas interesantes, podría mencionar algunas: la reparación de la negra con su rache nuevo –gracias a la mandarina que me ayudó a cambiarlo-. Esta semana retomé los entrenamientos haciendo pequeñas vueltas con algunos ascensos leves y luego un recorrido previo por el parque para tener al menos una condición física, debo admitir que luego de este tiempo sin rodar, prácticamente es iniciar desde cero por lo que debo aumentar el ritmo para seguir en la línea. Ahora bien, ya tenía conocimiento de la rueda de hoy, hasta la Capilla de la Virgen, una ruta bastante atractiva, 11 Km de ascenso y 6 km de descenso hasta la capilla.
Luego de una fuerte lluvia el día de ayer y con la ansiedad de saber si amanecería lloviendo no o transcurrió la noche, sin embargo, el alba se mostró gris tenue, las aves ya estaban en su parsimonia, así que a las 6:35 am activé la aplicación Relive –para monitorear la actividad- y me dirigí al punto de reunión como de costumbre para esperar a una de las muchachas y así arrancar al siguiente punto y reunirnos, en el camino nos avisaron que una de las maquinas estaba espichada y ya estaban trabajando en esa falla, así que decidimos llegar al taller improvisado para ayudar y reajustar la logística en los morrales, para así continuar con la actividad hasta el tercer punto de encuentro, por su puesto, luego de los saludos respectivos y el ¡Go, Go, Go! Comenzó el ascenso, cada quien a su ritmo y sin apuro, en el camino tuvimos que apartar algunos pequeños arboles y restos de ramas caídos por la lluvia torrencial de anoche, por nuestra seguridad y la de otros ciclistas, motorizados, vehículos y caminantes.
Así comenzó la actividad, siempre pensando en la seguridad y precaución, fue evidente que la lluvia del día anterior se hizo sentir en la carretera, transcurridos unos metros nos detuvimos para observar un pequeño grupo familiar de Araguatos/Alouata senectus nos detuvimos a admirarlos junto con unos caminantes que llegaron justo a tiempo para divisar a los monos hasta perderse en el dosel del bosque -la educación ambiental es pilar fundamental para la conservación de la biodiversidad presente en el Parque Nacional Henri Pittier-, así que a seguir pedaleando como debe ser, debo admitir que pensé que la subida estaría ruda, sin embargo, no fue así.
Mono Araguato en el dosel del Bosque. |
Vista al Sur desde el área recreativa Guamita PNHP. |
Cada
pedaleada cuenta, un respiro, inhala-exhala, curvas, asfalto, las aves
haciéndose sentir, el clima muy agradable y una que otra foto en el camino,
hasta divisar el conocido “Puente de Hierro”, nos detuvimos para observar una parvada
de aves, se trataba de Conotos oliváceos/Psarocolius viridis -que estaban muy activos lo cual ya sabía que el restaurant
Rancho Grande estaba cerca, así como también la estación biológica, luego de
reunirnos ahí, hidratarnos, nuevamente el grito de guerra se hizo sentir ¡Go,
Go, Go! Hasta llegar a la cumbre, para ajustar los cambios y realizar los
últimos 6 km en descenso, la neblina leve se hizo sentir.
Puente de Hierro. |
¡Llegamos
a la regresiva! Nuevamente, nos reunimos para hacer la foto grupal
“mandarinosa” gracias a una pareja de ciclistas por hacernos las fotos
respectivas, luego las fotos individuales y posteriormente seguir bajando, ya
estábamos cerca del destino pautado. Al llegar, luego de saludar a otros riders
que llegaron antes que nosotros procedimos a dar inicio a la comelona, el compartir
y al mismo tiempo, las fotos, camaradería y la parsimonia del grupo no se hizo
esperar: Pastelitos, Salsa, Galletas, Rollos de Canela, Panquecas de Café y de
Ahuyama –muy buenaaaas-, agua, jugo, risas, como de costumbre en las
actividades de @Mandarinasbike. Transcurridos unos minutos fui darme un bañito
en una de las quebradas adyacentes a la Capilla de la Virgen del Carmen y hacer
algunas fotos a las muchachas y al paisaje, el viento del norte se manifestaba
así como la neblina en el dosel de la selva nublada, ya los comentarios de
“tengo frio” se hacían sentir, luego se
procedió a hacer el anuncio del “Cumplemes” del grupo, 5 meses haciendo
actividades, rodadas, camaradería y luego de los aplausos, se procedió a rifar
algunos accesorios patrocinados por @Biciandina y por sorpresa, me gané un par
de puños marca GW, destinados para Celia Cruz, la negra.
Puños GW cortesía de Biciandina |
Luego de la comelona, el cumplemes, y la foto grupal, llegó la hora del retorno, 6 km de ascenso, pensé que al estar “frio” por el descanso y el bañito de rio me afectaría el regreso, sin embargo, no fue así, inhala-exhala, pedaleo, asfalto y curvas, nuevamente la neblina nos acompañó en el regreso, hasta llegar a la cumbre, saludar a otros ciclistas para luego degustar una merecida taza de chocolate caliente con galletas, y panquecas en el Restaurant Rancho Grande, luego del refrigerio y descanso leve, surgió un espiche el cual fue atendido inmediatamente y tres de las riders tuvieron fallas con los frenos pero decidimos seguir hasta llegar nuevamente al área recreativa de Guamita para degustar el último paquete de galletas y continuar bajando.
Ahora
bien, para finalizar la historia de hoy, la aplicación Relive arrojó los
siguientes datos: Distancia recorrida 44.8 Km (ida y vuelta), la velocidad
máxima fue de 43.8 Km/h, punto más alto del recorrido 1159 msnm.
Nuevamente,
gracias a la familia de @mandarinasbike por la camaradería, apoyo y amistad que
se afianza en cada actividad, y a los amigos que prefieren mantener el
anonimato por enviar algunos accesorios para las maquinas.