Desde sus orígenes, la fotografía
marcó un antes y después en la humanidad en todos los sentidos, ya que desde la
invención de la cámara fotográfica y su ingreso a la sociedad como una
herramienta de trabajo y recreación ha permitido documentar de manera
sistemática gran cantidad de acontecimientos que han hecho historia en el
mundo, desde las artes, arquitectura, astrofotografía, moda, sucesos, deportes,
investigación, medicina, eventos de pequeña o gran escala así como también en
las ciencias naturales, las cuales no están exentas del uso de la fotografía.
Los primeros naturalistas y escritores sobre la historia natural de las especies que comprenden la biodiversidad realizaban ilustraciones a mano alzada, en muchos casos recurrían al apoyo de ilustradores para plasmar sus observaciones o ellos mismos eran quienes hacían bocetos de lo que percibían, no obstante, esta práctica aún se conserva hoy en día, de hecho, cualquier investigador de laboratorio o campo tiene su libreta/cuaderno donde lleva un registro sistematizado de sus datos in situ/ex situ, así como también sus dibujos hechos en el momento o en laboratorio observando una fotografía o muestra a través del microscopio.
Con la invención de la cámara fotográfica podemos inferir que el trabajo se facilitó mucho más, ya que con las cámaras de película, solo bastaba hacer las fotos para posteriormente ser reveladas y “rezar” para que los resultados cumplieran con la necesidad del investigador, desde luego, esto requería de formación en fotografía, técnica y recursos económicos para el trabajo de campo, logística y el revelado fotográfico. Al mismo tiempo, la publicación científica y educativa se actualizaba constantemente junto con el contexto histórico-cultural de la sociedad, en este sentido, muchos libros comenzaron a utilizar la fotografía como punto de apoyo para dar a comprender de manera visual el contenido o tema que estaba abordando.
Para nadie es un secreto que durante los últimos 200 años la tecnología ha alcanzado cotas infinitas superándose a sí misma cada día, es decir lo que hoy es innovación ya para mañana es obsoleto y esto no solo aplica en el uso de herramientas tecnológicas, sino también en cualquier área de conocimientos. Por consiguiente, hoy en día podemos ver y fotografiar prácticamente cualquier cosa, desde un microorganismo o alguna fase del ciclo celular hasta estrellas, planetas y sus lunas –recordando la diversidad de categorías que hay en la fotografía-
Por otra parte, en muchos casos, el rol de fotógrafo puede verse “condicionado” en muchas situaciones, es decir, a veces realiza una buena fotografía –independientemente de sus conocimientos fotográficos- y suelen ocurrir algunas situaciones: La primera, que la foto se mantenga en sus archivos y se olvide de ella o incluso la elimine. La segunda, puede ser que decida compartirla en sus redes sociales y a través de estas pueda ser contactado por un investigador que esté interesado en la foto porque forma parte de su investigación y por último que el fotógrafo esté inmerso en un trabajo de investigación bajo el rol de investigador/autor o fotógrafo colaborador.
Actualmente, el uso de la cámara fotográfica se ha convertido en una actividad cotidiana, en todos los aspectos de nuestra vida ya es normal hacer/tomar una fotografía, por lo que la variedad de temas y posibilidades de hacer fotos son prácticamente infinitas. Además, esta actividad ya se realiza en áreas rurales por lo que el alcance del uso de la cámara como herramienta de trabajo o disfrute sigue en crecimiento exponencial.
En cuanto a la biodiversidad, los biólogos de laboratorio respaldan sus investigaciones con el uso de la cámara fotográfica, gracias a esta herramienta podemos estudiar microorganismos así como también describir su comportamiento y todo lo relacionado con este, desde luego, apoyado por otras herramientas e instrumentos especializados para tal fin. Por su parte, los biólogos de campo también utilizan la cámara fotográfica en todas sus variantes: Cámara trampa, Réflex, Bridge, Compactas, Acuáticas, Drones, etc., y gracias a su uso hoy en día es común poder observar especies con alguna categoría de amenaza de extinción o conocerlas/identificarlas a través de un registro fotográfico e incluso utilizar aplicaciones en los dispositivos móviles para identificar especies.
En este sentido, es importante resaltar que la investigación, divulgación, educación y conservación de la biodiversidad se ha visto estrechamente relacionada con la fotografía, desde luego, las observaciones y registros de datos tomados en campo o en laboratorio luego de ser procesados, comparados y discutidos generan resultados que en la mayoría de los casos son publicados como artículos científicos en revistas arbitradas especializadas, así como también en revistas divulgativas/educativas, hago énfasis en que esto aplica para todas las áreas de conocimiento: medicina, ciencias sociales, ciencias naturales, entre otras.
La educación ambiental juega un papel fundamental en la conservación de nuestra diversidad biológica, podemos acceder a zonas remotas e inculcar la importancia ecológica y conservación de la misma, así como también obtener de primera mano datos o registros históricos-actuales sobre la presencia de un organismo o no en determinado lugar. Ahora bien, en la ciudad, también es vital continuar despertando el sentido de pertenencia hacia la biodiversidad y su conservación, la cual es tarea de todos.
Finalmente, gracias al
desarrollo tecnológico combinado con la fotografía podemos identificar plantas
y animales a través de aplicaciones diseñadas para dispositivos móviles,
incluso el canto de aves, enviar nuestras fotos en tiempo real para ser
identificadas así como también compartir el registro/observación con
especialistas o en redes sociales con fines académicos, educativos o
esparcimiento.