Pedaleando y descansando hasta el embalse de Tierra Blanca, Estado Guárico.

Esta semana fue bastante movida, entre diligencias y actividades no me dio chance de salir a montar bicicleta para “entrenar”, sin embargo, otras cosas fueron resueltas. La comunicación en acción en el grupo de Whatsapp, a mitad de la semana ya ruta del domingo había sido pautada hacia el embalse de Tierra Blanca.

Como ya al parecer es una “costumbre” nuevamente, los vecinos encantados de compartir sus gustos musicales, puedo comprender que hay celebraciones, cumpleaños y reuniones ya que como seres biopsicosociales es necesario compartir e interactuar con nuestros semejantes diariamente, sin embargo me pregunto: ¿Compartir gustos musicales a máximo volumen aumenta el nivel de importancia de la fiesta? O ¿Es una guerra de quien posee el equipo de sonido más poderoso? Estas y otras cuestiones estuvieron revoloteando en mis pensamientos hasta las 3:00 am.

La alarma sonó a las 5:00 am y Bioalarma ya estaba activa: grillos, algún perro ladrando en la lejanía y como siempre, la Paraulata ojo de Candil, el Cucarachero y el Alcaraván se manifestaron. Como ya es costumbre, mi invitada especial Biomavoelger ya se encontraba activa –creo que ya agarró el ritmo a las salidas en bicicleta- así que ya estábamos organizando las cosas para ir al punto de encuentro, luego del chequeo preliminar y activando las aplicaciones Relive y Ride With GPS nos dirigimos al lugar de reunión para esperar al resto de riders, por cierto, dos de ellos ya habían llegado antes que nosotros,  luego de los saludos respectivos, minutos de conversa y espera llegó el resto del equipo  para partir hacia el segundo punto de encuentro para esperar a algunos integrantes de @cocobikeoficial.

Comenzó la rueda, nos dirigimos hacia el siguiente punto de reunión con calma y sin prisa, algunas nubes hacia el Este y la tenue brisa marcaron la marcha entre tertulias y risas, ya en el punto de encuentro, los minutos de espera se convirtieron en conversaciones diversas. Llegamos a la Encrucijada, tal y como su nombre lo indica, este distribuidor es de gran importancia ya que a partir del mismo pueden ir a diversas zonas de la región central del país, justamente ahí nos estaban esperando dos integrantes del equipo @cocobikeoficial, una vez en el sitio, los saludos, instrucciones y comentarios de seguridad y precaución dimos inicio al recorrido, próxima parada la laguna de Taiguaguay.


Con un pedaleo suave y constante atravesamos Cagua, siempre en fila y con distancia prudencial entre cada ciclista y al mismo tiempo alerta ante el tráfico pesado del lado izquierdo y pendientes entre los callejones del lado derecho, atravesamos la zona industrial y saludando a algún ciclista que venía del lado contrario a nuestro destino. Al salir de la zona industrial de Cagua se abre un paisaje “verde” en ambos lados de la carretera, una curva abierta hacia la derecha para seguir pedaleando, transcurridos unos minutos divisamos la Laguna también conocida como Bella vista, -en un post anterior mencioné que es un punto de observación de aves- al mirar a la derecha vi alguna garzas reales, Gallitos laguneros, y la abundante Cotúa olivácea algunos individuos estaban volando, otros en el agua y una gran cantidad de ellos perchados en los árboles cercanos con su típica parsimonia ignorándome por completo, desde luego, me detuve con mi compañera de ruta y colega Biomavoelger para sacar el equipo, montar el lente 70-300 mm, compensar la exposición, disparar en modo ráfaga y hacer algunas fotos a las Cotúas que estaban perchadas en las ramas de un árbol –el resto del equipo se detuvo unos metros para hacer la parada técnica, hidratarse, alguna foto y continuar-.

Cotúa Olivácea / Phalacrocorax brasilianus.

Durante los minutos del descanso, mientras estuve lejos del grupo a lo lejos en el agua pude ver una embarcación pequeña y con tres hombres a bordo pescando con tarraya o quizás chinchorro, realmente no lo sé ya que estaban lejos de la orilla, seguí buscando un ángulo para hacer fotos a las Cotúas, pues el grupo hizo una parada técnica y ahí pude ver a otra Cotúa perchada en una rama a contra luz por lo que no dudé en enfocar y disparar.

Cotúa Olivácea / Phalacrocorax brasilianus.
Mi tiempo de fotos se estaba agotando, pues tenía que reunirme con el grupo, tomar agua y continuar hasta la próxima parada, sin embargo, en el último momento alcé la vida y vi a tres Cotúas perchadas en una rama, por lo que no dudé en hacer unas fotos, sin embargo, pude notar que una de ellas volaba en círculos y volvía a la percha, lo que me hizo pensar en que estaban enseñando a volar a un pichón –es mi hipótesis- desde luego, habrán más oportunidades para ir a fotografiar aves.

Cotúa Olivácea / Phalacrocorax brasilianus.

Por cierto, casi lo olvido, la Cotúa Olivácea cuyo nombre científico es Phalacrocorax brasilianus (autor) pertenece a la familia Phalacrocoracidae, posee coloración marrón, el pico es amarillento que termina en forma de gancho el cual le permite capturar peces bajo el agua los cuales son su alimento, el iris es de color azul verdoso y tiene las patas palmeadas que le permiten nadar fácilmente y a su vez puede pasar largo rato sobre las perchas, alcanza a medir entre 64-71 cm de altura y pesar 1,3 o 1,5 km y según la UICN la categoría de amenaza es de Preocupación Menor y se distribuye en todo el país cerca de ríos, cuerpos de agua tranquilas y profundas.

Ahora bien, continuando con el relato, luego de la parada técnica en la laguna de Taiguaiguay nos reagrupamos para nuevamente continuar hasta la próxima parada técnica ya que nuevamente el grupo se dispersó y nos detuvimos a esperar a los muchachos unos metros después de la estación de servicio en lo que en otrora fue un restaurante.  

Luego de unos minutos de descanso, tomar agua, recargar energía con un trozo de Papelón y volver a reagruparnos, discutimos sobre la siguiente parada técnica “obligatoria” una Panadería en la Villa para reposar y comprar algunas cosas, pues el sol ya comenzaba a hacerse sentir en la carretera, seguimos pedaleando, entramos a la Villa hasta llegar a la Panadería-Pastelería “Trigalete”. Luego de descansar varios minutos, reajustar los cambios, hacer las fotos respectivas e hidratarnos con un refresquito bien frío (Frescolita) dimos inicio al recorrido nuevamente bajo el sol del mediodía típico del Llano Venezolano, en mi mente recordaba esa frase común al preguntar una dirección: “Eso queda ahí mismito” o “Pa’dónde va por ahí”, entre los restos de la memoria lejos del pensamiento fueron surgiendo más frases y recuerdos del llano, y por su puesto pendiente de mis compañeros de ruta, esperando o adelantando pero sin perder el ritmo hasta divisar en el camino uno de los Morros de San Juan, por lo que pude inferir que nos acercábamos a nuestro destino.

¡Llegamos! A la entrada del Embalse, sin embargo unas gotas de lluvia nos refrescaron el merecido descanso, luego de las fotos grupales y el típico ¡Go go go! Rumbo al embalse, una subidita como para equilibrar el plano y los falsos planos, sin embargo, me bajé de la bicicleta al ver algunos arbustos en fase de inflorescencia, por lo que recordé el proyectos fotográfico relacionado y como de costumbre, hacer algunas fotos hasta que me reuní con el resto del grupo en un “mirador” con vista impresionante al embalse.

La lluvia nuevamente se manifestó con cierto nivel de intensidad, una foto grupal y decidimos continuar el recorrido hasta llegar al sitio donde descansaríamos, haríamos el compartir y desde luego disfrutar del entorno, en el trayecto hicimos micro paradas para hacer fotos panorámicas.



Luego de las fotos en ese lugar, una de nuestras máquinas se espichó, hace tiempo que la negra “Celia Cruz” no hacía de las suyas, pues tuvo un espiche en el caucho delantero como para no perder la costumbre, luego de caminar unos mi8utos a través del sendero cubierto de pasto –no tanto como en la UCV Pozo del Diablo de la semana anterior- por lo que al llegar al punto de reunión ya los colegas estaban degustando sus platos Gourmet: Mandarinas Food and Bike, de inmediato pedí prestada una llave inglesa para aflojar las tuercas y comenzar a hacer la reparación respectiva, de hecho aprovecho la ocasión para agradecer a los muchachos que gentilmente me apoyaron en la reparación de la bicicleta.

Una vez que terminé la reparación del espiche con ayuda de los muchachos, me acerqué al grupo para comer, como de costumbre, de todo un poquito: pan, pasta, salsa, queso, tequeños, dulces criollos, galletas y dulces turcos, entre camaradería y tertulias comencé a explorar los alrededores en busca de herpetofauna, sin embargo, mi atención estaba centrada en el embalse, en compañía de otro colega exploramos hasta llegar a un punto por donde hay una pequeña quebrada, descendimos por ahí hasta caminar por el borde de la laguna donde hice una foto.

En este sentido y luego de trazar un sendero imaginario por donde caminar vi que otros muchachos se unieron a la pequeña excursión al borde del agua, no obstante, regresé al punto de reunión a buscar la cámara acuática, pues la ictiofauna estaba muy activa y era tentador hacer algún video acuático –la idea del chapuzón era la excusa perfecta para hacer algunas tomas bajo el agua- ya uno de los muchachos se había dado la inmersión inicial, pude darme cuenta de esto al regresar con la cámara t como es costumbre, a seguir probando el equipo inmersión y sin abusar de la confianza, como dice el dicho: “Señor, líbrame de las aguas mansas que de las aguas bravas me libro yo” a nadar cerca de la orilla y tratando de filmar a los peces.



Otro de los muchachos se unió al chapoteo mientras que las muchachas estaban en la orilla, sin embargo Biomavoelger no dudó en ingresar al agua también, así transcurrieron los minutos de fotos, risas y el resto del grupo hacia lo mismo en el punto de reunión y yo seguía con las fotos.




Al rato se escuchó a lo lejos el “Go go go” y la pregunta: ¿Vamos al balneario a conocerlo? Así que nos regresamos al punto de reunión, ahí estaba el resto del equipo acomodando sus cosas, de hecho las bicicletas estaban ordenadas para la respectiva foto grupal y hacer el recorrido por el camino de tierra hasta empalmar con el asfalto nuevamente hasta el “mirador” ahí nos organizamos e hicimos otra foto grupal, aproveche de hacer una foto al lago.

Luego de esto, aprovechar la recta y la “bajaita” hacía falta un toque de adrenalina y realmente lo tuve, luego de iniciar el descenso y agarrar velocidad justo en una curva apareció un vehículo Optra color azul subiendo a toda marcha seguido de otro que no logré identificar la impresión del conductor y la mía fue la misma, es decir, mientras yo me abrí lo máximo en la curva y clavando los frenos, el conductor hizo lo contrario y siguió, al detenerme me alcanzó uno de los riders de Coco Bike tan impresionado como yo pues no esperábamos que esos vehículos estuvieran por ahí y subiendo a una velocidad moderada, esperamos al resto del grupo y nos dirigimos al balneario. Una vez en el Balneario, pudimos notar la falta de uso, desde luego en tiempos de pandemia infiero que la afluencia de turismo ha mermado, sim embargo, hay familias que se aventuran a reunirse y subir en vehículos hasta las rivera del embalse, armar un fogón y pasar un rato diferente preparando sopa o pescando, tal y como lo pudimos observar al llegar al punto de reunión.


Luego de oír los comentarios y frases de “decepción” fui a inspeccionar el pozo más grande, di una media vuelta, dejé los anteojos en un lugar seguro y regresé a mirar y ahí fue, un clavado y al salir ya los muchachos decían que yo estaba “loco” (risas), las muchachas me pidieron que revisara detrás del pozo donde estaba la tubería que drena el pozo y ahí se dieron un baño respectivo, ahí estuvimos compartiendo un buen rato. Ya eran las 4:00 pm cuando decidimos iniciar el retorno, pues a pesar de tener el clima favorable, la incidencia de los rayos solares siempre estuvo presente, así que luego de pasar revista, organizarnos y ajustar las velocidades de nuestras maquinas comenzó la rueda, hice una parada rápida para la foto y al girar pude ver uno de los Morros de San Juan, así que ajusté el zoom del teléfono y otra foto.


La cruzar el peaje entre los estados Guárico y Aragua uno de los muchachos tuvo un espiche, así que nos reagrupamos para posteriormente hacer las reparaciones pertinentes, por cuestiones de tiempo se hizo un cambio de tripa así que aproveche de hacer una foto a la montaña que estaba frente a nosotros y compartir medio plato de pasta y pancitos.

Una vez que terminaron las reparaciones nuevamente, partimos cada quien a su ritmo pero no tan distanciados, sin embargo me retrasé del grupo, pues la naturaleza hizo un recordatorio y tocaba marcar un lindero por esa zona. Evidentemente, hice otra fotografía y a seguir pedaleando por un rato, me detuve para hacer una foto a contra luz de la estatua de Ezequiel Zamora y continúe el recorrido.


Atravesamos Villa de Cura sin parada técnica, nos detendríamos en Bella vista para hacer las fotos del atardecer y reagruparnos, no obstante una de las muchachas venía con espiche en el caucho trasero pero no lo supe hasta que llegamos en un punto Biomavoelger y Cesar, sacando cuentas pensando que éramos los últimos hasta que nos dimos cuenta que faltaban 2 ciclistas del grupo, Cesar se regresó efectivamente las encontró y posteriormente regreso a alcanzar al resto del grupo para dar la novedad, me detuve con mi compañera de ruta a esperar a las muchachas, ahí estuvimos unos minutos reparando el espiche.

Lista la parada en los pits improvisados, dos de los miembros del grupo regresaron a buscarnos pero ya veníamos pedaleando de regreso, los muchachos estaban a unos metros del embalse esperándonos y resolviendo una reparación en el volante de una de las maquinas, una vez que nos reagrupamos y dimos el parte de la novedad decidimos arrancar, sin embargo, con una de las muchachas me atrasé para hacer una foto panorámica del atardecer sobre la laguna, una vista hermosa e impresionante que hace honor a su nombre, Bella vista y así me despedí de ese lugar con la idea de volver.

Alcanzamos al grupo rápidamente y seguimos pedaleando en fila para ingresar a la zona industrial de Cagua, mi colega Biomavoelger manifestó que tenía hambre, así que nos detuvimos unos minutos para compartir unas galletas, limonada, agua e incluso Frescolita. Seguimos pedaleando y alcanzamos al grupo nuevamente, nos detuvimos en una panadería al lado de la estación de servicio de Cagua, ahí compraron más Frescolita y se hizo el compartir con galletas hechas por Biomavoelger. Ya había caído la noche, cuando retómanos el camino a velocidad constante y rápido, pues atravesar algunos sectores sin alumbrado público aunado a las lagunas formadas por la lluvia del día y evitar el tráfico comenzaron a despedirse los corredores que nos esperaron en la encrucijada, cada quien siguió su camino.

Llegamos a San Jacinto, tomamos un descanso, nos reagrupamos y continuamos el viaje hasta el Centro Comercial Parque Aragua, donde una de las muchachas tuvo un espiche en su bicicleta, nuevamente a los Pits improvisados, otros dos ciclistas siguieron su ruta el resto estuvimos esperando, luego de la reparación seguimos pedaleando los últimos kilómetros para llegar sanos y salvo a nuestros hogares. La aplicación Ride With GPS marcó 111 km de recorrido para un total de 14 horas, En vista de las fallas de cobertura de la plataforma, la aplicación Relive presentó fallas marcando 96 km de recorrido.


Profesor de Biología, naturalista, aprendiz de Fotografía y Zoología con énfasis en la Diversidad Biológica Venezolana.