Tal y como su nombre lo indica: Bella vista.

     Luego de unos 28 días sin rodar entre las reparaciones de la negra, unas semanas de reposo hoy ya la maquina estuvo en la pista, volví a integrarme en las actividades de @mandarinasbike. Eran las 6:26 am, cuando ya me encontraba en el punto de reunión, la Paraulata con su canto me recibió, a lo lejos otras aves estaban comenzando sus actividades, entonces, recibí el mensaje “Vamos saliendo”, por lo que al encuentro llegaron 4 riders más, para esperar al otro grupo y comenzar a pedalear, hasta llegar a nuestro destino.

     El día amaneció encapotado, el cumulo de nubes plasmó un lienzo perdido entre tonalidades grises, entonces llegó el resto del equipo, luego de los saludos y organización de los puestos en la ruta, comenzó la actividad, desde luego, activando la aplicación Relive para ir monitoreando el recorrido, me tocó ir en el grupo de avanzada, aunque estaba un poco pensativo, ya que la negra acaba de salir del taller y había que ponerla a prueba, desde luego, es una rodada en plano y de igual manera estaba pendiente ante cualquier eventualidad.

  
 Carretera Nacional Cagua - La villa.

Así inició la jornada, a pedalear se ha dicho, debo admitir que para estar casi un mes sin rodar estaba “oxidado” no obstante, mantuve la relación de parcha constante en el 2do plato y el cambio en el 4to piñón, es decir 2/5 quizá dura, floja, para rodar en plano, lo importante es que debía mantener el ritmo al igual que mis compañeros, en el primer trayecto del recorrido vimos muchos ciclistas, algunos saludaron amistosamente y otros no -quizá no tomaron café al despertar, no lo sé- entonces, uno de los muchachos venia accidentado, por ende, tuvimos que bajar la velocidad hasta llegar a una cauchera para que le prestaran una herramienta y resolver, sin embargo, se resolvió a medias, por ende continuamos hasta llegar a la 1era parada en la casa de unos amigos de una de las mandarinas, se consiguió la herramienta y problema resuelto, luego de una breve asamblea se decidió continuar “un poquito más” y luego arrancamos para hacer unas cuantas fotos grupales, aquí tuve la oportunidad de reubicar tres escarabajos (Coleóptera) colocándolos en un terreno baldío donde estarían más seguros –como bueno scout, esa fue mi buena acción del día-.

    ¡Go go go! Es el lema del grupo, así que comenzó el nuevo trayecto hasta el destino final, a seguir pedaleando contra el viento, saludando algunos ciclistas y escuchar la Gandola con su parsimonia y tomar distancia –sin olvidar autobuses, motos y vehículos particulares-, la ciudad quedó atrás y se abrió una nueva “vista”, campos verdes y la cordillera de la costa a mi izquierda, otra parte del P.N. Henri Pittier vista desde lejos, a mi derecha otro terreno con pasto y algunos charcos producto de las lluvias pasadas, al detallar el paisaje un vestigio de un gran cuerpo de agua se vislumbró por segundos, seguimos pedaleando…

     Tal y como su nombre lo indica: Bella vista, al ir llegando al punto final del recorrido, recordé que este sector es muy mencionado como punto de observación de aves y nuevamente, mi vena de investigador comenzó a contar: Alcaraván, Águila pescadora, Carrao, Cotua olivácea, Garza Real, Garza reznera, Garza Silvadora, Garza Tigre, Gallito Azul, Gallito Lagunero, Pato Gûirirí, Zamurita. Una Guacharaca vocalizó al otro lado de la carretera, también se manifestaron el Azulejo de Jardín, la Tortolita, el Tordito, el Cristofue y varios atrapamoscas que no logre identificar. Al llegar al punto donde funcionó la antigua Asociación de Coleadores de Venezuela, nos reunimos, y pedimos permiso a una señora que estaba ahí lavando ropa para ingresar la cual aceptó sin problemas, al ingresar un pequeño jardín nos dio la bienvenida, un perro tureco, echado al lado derecho, y alguna que otra mariposa inadvertida salió volando al notar nuestra presencia cerca del jardín. 

                                                            Flor. Zinnia elegans

     Luego de hacer las fotos grupales, descansar, y compartir, entonces comencé a hacer algunas fotos a la laguna de Taiguaiguay para no perder la costumbre y explorar los alrededores, y bajé hasta una ruinas de concreto justo sobre el agua, desde ahí pude divisar un Galápago llanero a lo lejos, que se sumergió rápidamente al notar mi presencia, a pocos metros vi un grupo de alevines –desconozco la especie- también pude notar como algo estaba caminando sobre la Bora –vegetación acuática flotante- pero no pude verlo, infiero que se trataba de un Babo o Caimán de anteojos, así que entre tertulias, risas y una que otra fotografía “Pa figurar” transcurrieron unos minutos.

 
 Comunidad aledaña al ambalse de Taiguayguai.

     Es impresionante la desconexión total incluso en los restos de mi memoria volvieron a mis pensamientos recuerdos del año 2012 cuando tuve la oportunidad de conocer el Hato el Cedral al estar observando el paisaje y su avifauna característica de los llanos, pensaba: “Solo falta, el Chiguire y la Anaconda” para decir que estamos en el llano apureño. Es importante resaltar que la conservación de la biodiversidad y estos espacios es de vital importancia para las comunidades aledañas que se benefician del embalse, a lo lejos pude ver un pequeño bote con al menos cuatro personas a bordo, pescadores que salen a obtener sustento, quizás Guabinas, San Pedro, o Bocachico, entre otras especies de peces que pueden estar ahí sin olvidar algunas introducidas como Tilapias o Cachamas, no lo sé, solo es una opinión personal.

 

Vista panoramica del embalse de Taiguayguai.

    Ahora bien, el retorno fue bastante tranquilo, haciendo paradas técnicas leves para reagruparnos y continuar, no obstante, hicimos una parada obligatoria en Samán de Güere, declarado monumento nacional por Juan Vicente Gómez en 1933 para muchos es considerado los restos de un árbol y ya. En este sentido, vale acotar que la palabra “Güere” pertenece al vocablo indígena que significa “zona de rayado”, quizás haciendo referencia a la zona de rayado de la yuca por parte de las etnias habitantes de la región, el nombre proviene del valle ubicado entre Maracay y Turmero. Adicionalmente, vale señalar para los que conocen un poquito de historia de Venezuela comentan que este árbol marcó un punto de referencia durante la batalla de independencia, específicamente en la de San Mateo, donde el ejército Español acampó bajo su sombra, también se menciona que Simón Bolívar recibió clases de Andrés Bello bajo la sombra del árbol, así como también estuvo descansando ahí bajo sus ramas y planificando sus estrategias de combate durante la campaña admirable. Actualmente su estado de conservación deja mucho que desear.

 
Monumento Nacional Samán de Güere. 

     Luego del merecido descanso, con agua y agua de coco que compraron algunas corredoras y desde luego un caramelito compartido por otra de las colegas ciclistas, una vez más se escuchó el grito de guerra: ¡Go go go! Para volver a pedalear, hasta que a lo lejos vimos una cortina de nubes y agua o una ilusión como citó otra de las muchachas, nos detuvimos para guardar los equipos electrónicos en bolsas y bajar la velocidad hasta que la lluvia nos alcanzó o ¿Nosotros la alcanzamos? El punto es que nos mojamos con gusto, quizás fue el premio por haber hecho el recorrido, un grupo se quedó debajo de un puente esperando que pasara la lluvia, yo rodé un poquito más y me enteré que una de las muchachas se había espichado, así que estaban en acción reparando su máquina bajo la lluvia y luego continuar hasta finalizar la jornada.

    Ya para finalizar, Relive marcó los siguientes datos: 64 km de recorrido ida y vuelta, una velocidad máxima de 33.1km/h y una velocidad promedio de 8.8 km/h y el punto más alto fue de 460 msnm.

Profesor de Biología, naturalista, aprendiz de Fotografía y Zoología con énfasis en la Diversidad Biológica Venezolana.