Esta
semana, estuvo entretenida, con 2 salidas nocturnas para el área recreativa de
Guamita, ubicada en el Parque Nacional Henri Pittier en la carretera nacional
El Limón-Ocumare de la Costa y otra ruta corta plana. Como ya es costumbre, el
grupo de Whatsapp activo con los preparativos para la rodada-entrenamiento del
fin de semana: La Trilla, la ruta que no pude hacer anteriormente por falla mecánicas
de la bicicleta negra (Celia Cruz). Los últimos día de la semana, estuve pendiente
del pronóstico del clima, ya que la tormenta Tropical Elsa había marcados
fuertes lluvias la región centro-norte del país, el día anterior a rodada de
hoy otro grupo de ciclistas reportó fuertes vientos en el sector Portachuelo con
leves deslizamientos de tierra y árboles caídos que pude confirmar la noche
anterior. No obstante, me acosté a dormir muy tarde con la típica ansiedad/emoción
de la ruta del día siguiente –la misma que me invade cada vez que voy a un
trabajo de campo-.
El Cucarachero y la Paraulata se hicieron sentir con su cantar, al mirar la hora ya sabía que me tocaba terminar de despertar, como de costumbre ya tenía mis cosas para alistar, pues hoy es domingo y con la familia de @mandarinasbike como de costumbre, toca rodar, en la lejanía un Alcaraván trinaba recordando que había llegado el nuevo día, solo faltaba preparar el desayuno y las raciones de marcha del día. Ahora bien, como de costumbre o quizá un nuevo hábito, activar las aplicaciones: Relive y Ride With GPS para establecer diferencias en cuanto al monitoreo de la ruta y llegar al punto de encuentro para reunirme con los compañeros que viven cerca de mi hogar y posteriormente dirigirnos al 2do punto donde inicia la ruta. Llegamos de primer lugar y tuvimos que esperar al resto que se fue incorporando poco a poco. Entre tertulias y la camaradería que nos caracteriza estuvimos esperando para dar inicio a la ruta, registrando el tiempo en cada punto en lápiz y papel –los viejos confiables- por si la tecnología fallaba.
Inicio del recorrido carretera nacional El Limón-Ocumare de la Costa Parque Nacional Henri Pittier. |
Un ajuste a la relación de marcha y a pedalear se ha dicho, esta vez a contratiempo pero con buen ritmo, así pasé el primer punto de descanso de la carretera o al menos así le dicen los caminantes y ciclistas, como siempre una foto para no perder la costumbre y así continuar, por suerte, el cielo estaba despejado y el sol radiante, por lo que el temor de las lluvias y fuertes vientos se disipaba a medida que el pedaleo y el tiempo avanzaba, y por supuesto, las buenas costumbres y modales, saludando a otros ciclistas con buen ánimo, pero como cosa rara, fueron pocos los que saludaron, otros en cambio mostraron indiferencia y no los culpo, quizá venían dormidos, no tomaron café o simplemente eso de las normas de cortesía quedó en casa o simplemente se les olvidó, no me interesa.
Pedalear, pedalear y pedalear sin parar, como es típico en mí, admirar la naturaleza, ver las aves y desde luego buscando flores para fotografiar y posteriormente identificar y por su puesto conversando con una compañera de ruta, en el camino vimos varias parejas de Chocolateros perchadas en las ramas de algunos árboles tomando sol y ya saben, la tertulia típica sobre biodiversidad, ella me comentaba una experiencia que tuvo en la adolescencia en un trabajo de campo y observó un escorpión gigante y por su puesto una foto en un punto de la carretera que me llamó la atención.
A seguir pedaleando, el clima fresco, por la sombrita saliendo de la zona de transición de bosque seco hacia el bosque siempre verde –por la carretera- y de pronto, divisar el sitio donde se rompió la cadena de la bicicleta, unos metros más y ya estaba en el área recreativa de Guamita, ya algunos compañeros de ruta estaban ahí esperándonos, al mirar el reloj y tomar el registro habían transcurrido ¡30 minutos! Lo que antes me costaba hacer en 1 hora, supongo que los entrenamientos previos ayudaron, el descanso entre semana, y desde luego el contra tiempo, luego del descanso y respectiva hidratación durante 12 minutos partimos hacia el siguiente punto.
Con
la relación de marchas al pelo y al ritmo que llevaba igualmente buscando algún
ángulo para hacer una foto aprovechando que el sol estaba a mi espalda,
detallando la vista del valle hacia la ciudad, continúe pedaleando hasta que un
sonido familiar captó mi atención una “risa en miniatura” –podría llamar así-
la vocalización de los Monos Capuchinos, un grupo pequeño se divertía en las ramas
de los árboles, como dicen por ahí: “Haciendo monerías” me detuve con una
compañera de ruta a observar el grupo mientras que dos de ellos dejaron sus
juegos para observarnos, uno de ellos –un juvenil- movía las ramas en señal de advertencia, quizá
en el futuro sea el macho alfa de la manada.
Mono Capuchino / Cebus olivaceus. |
Luego de ver a los Capuchinos, pues desde luego, a seguir pedaleando, en el trayecto me conseguí a otra compañera de ruta y entre tertulia y seguir admirando la biodiversidad disfrutando del clima de la montaña, llegamos a la Neverita, otro punto de descanso para hidratarnos, comer algún snack/dulcito, y por supuesto, una foto hacia el dosel de punto de descanso –recordemos que este fue afectado por los deslizamientos de tierra del año 2020- y tomar nota del tiempo otros ¡30 minutos! Cuando hice el comentario no faltaron las frases entre risas y joda: ¡Eeeeso!, ¡más nada!, ¡estas mejorando!, ¡Ñioooo ya estás Pro!
Dosel o parte alta de la vegetación en la Neverita. |
Ahora bien, después del descanso, hidratarnos y el característico ¡Go, go, go! A pedalear se ha dicho, y en unos 20 minutos, llegamos al famoso Mirador, ahí nos detuvimos un par de minutos una de las riders del grupo tuvo que revisar su cadena, en el sitio habían otros ciclistas, aproveché la ocasión para fotografiar una pequeña flor y agregarla al proyecto fotográfico en curso, pero su identificación fue posterior y continuar la ruta.
Mozote / Bidens pilosa L. Compositae.
En
este sentido, llevaba buen ritmo y era relativamente temprano, con mi compañera
habitual de ruta, unos cuentos minutos más y ahí estaba el famoso Puente de
Hierro, me adelanté a mi compañera para llegar y hacer una parada técnica para
llenar el caucho trasero, sacar el teléfono, hacer una foto respectiva y
continuar, pues el restaurante Racho Grande estaba cerca. Una vez en el
restaurante, me conseguí a un Guardaparques que fue mi estudiante, luego de
unos minutos de conversa y el descanso, seguimos hacia Portachuelo, ya en ese
punto ajusté los cambios, desbloqueé la suspensión y a disfrutar del descenso
hasta el siguiente descanso La Capilla de la Virgen -6 km de bajada- en ese
sector de la carretera hay muchos desniveles y huecos aparte de varias fuentes
de agua que humedecen el asfalto adornados con restos de vegetación y ramas que
adornaron el recorrido en donde uno de los colegas del grupo que venía unas
curvas detrás de mí se cayó –de esto me enteré en el punto de reunión- luego de
lavarse las heridas y aplicar los primeros auxilios y descansar por el susto y
la adrenalina solo unos raspones en manos, rodilla y espalda, pero desde luego,
hay que ir al médico para descartar otras lesiones no visibles.
Es importante contar con un Kit de primeros auxilios para salir a rodar en bicicleta. |
Justo antes de continuar, nos dimos cuenta que una de las bicicletas tenía el caucho delantero espichado, así que de una vez a hacer las reparaciones respectivas, por cierto, debo admitir que debo desbloquear ese nivel ya que revisé la parte interna del caucho dos veces y no vi nada, sin embargo, tal y como en los videojuegos, debo seguir acumulando +EXP en esta habilidad ,otro de los compañeros reviso por fuera y consiguió una espina causante del espiche y con ayuda de mi Mac navaja (navaja multiusos) la retiré, luego del montaje respectivo y a llenar de aire.
Ahora
sí, venía lo bueno, disfrutar de la bajada y tal cual Playstation 5,
sorteando los huecos, charcos, restos vegetales y pequeñas ramas frenando en
las curvas y recortando la velocidad y los típicos frenazos de golpe por
conductores que venían desde Ocumare de la Costa sin tocar la bocina de sus vehículos en
curvas cerradas y peor aún con una velocidad entre 70-80 km/h. No obstante pasé
el mayor susto cuando saliendo de un
desnivel pronunciado seguido de una recta venían unos Toyopajuos –mongólicos
que manejan camionetas 4x4 en esa carretera queriendo emular la película Rápido
y Furioso- venían muy rápido y en medio
de la carretera aun cuando frené de golpe, incliné la bicicleta hacia mi
izquierda derrapando en el asfalto buscando que la baranda de seguridad me
atajara ya que el saliente no tenía barandas y el farallón con vista al bosque era
lo que me esperaba y luego ser parte del Team San Pedro Bike (cancelado y elevado), aun así logre
estabilizarme de la maniobra -los Toyopajuos no se detuvieron- y seguí el
descenso silbando a Todo Pulmón y recortando mucho más la velocidad hasta
llegar al caserío conocido como la Trilla, saludando a los habitantes del
lugar, los cuales respondieron con buen ánimo y sonrisas, ahí estaban 2 de mis
compañeras de ruta.
Caserío La Trilla, Municipio Costa de Oro, Estado Aragua. |
Estuvimos ahí descansando esperando al resto de riders del equipo, pero faltaba una por llegar, lo cual nos parecía raro, rápidamente surgieron las hipótesis, quizás sea el caucho otra vez, otro espiche, hasta que llegó un vehículo para notificarnos que nuestra compañera se había caído en la carretera, rápidamente dos miembros del equipo retornaron llevando consigo agua y el botiquín de primeros auxilios para ir al rescate de nuestra compañera, transcurridos unos minutos, llegó el mini equipo, rápidamente, nos acercamos a nuestra valiente Rider que con la risa de siempre nos comentó lo ocurrido estuvimos en un interrogatorio para saber cómo se sentía –agradecemos al conductor anónimo quien nos avisó del percance- un raspón en la cadera, otro en la cara y un golpe en el pecho fue lo que vimos y nos contó nuestra rider estrella, aun así, la visita al médico para descartar otras lesiones internas es necesario, posteriormente bajamos un poco más para la foto típica para figurar: El letrero.
Un letrero muy popular entre los ciclistas. |
Luego de la foto farándula, nos dirigimos al río a disfrutar de un merecido descanso, almorzar, tertulias, las fotos de siempre para figurar en redes y muchas risas para bajar un poco la tensión por las dos caídas e incluso alimentar a los peces, ahí pasamos unos 40 minutos.
Uno de los pozos más populares de la Trilla |
Eran las 2:00 PM cuando comenzó el retorno, nuevamente ajustar los cambios para tener buena relación de marcha, y la siguiente reflexión: “Los 25 minutos de bajada serán unas cuantas horas de subida” desde luego poco a poco, fue la primera vez que hacia el ascenso y por supuesto sin apuro, me detuve en el puesto de Guardaparques de la Trilla a saludar a varios Guardaparques que fueron mis estudiantes y actuales compañeros de trabajo que tenía más de un año sin ver, así que toco pedalear y sudar a las 2:50 llegamos al último puente –en sentido El Limón-Ocumare- recargamos agua y a pedalear, seguía con mi compañera de ruta inseparable, entre el agotamiento y pedalear, los trayectos de caminata se hicieron agradables haciendo fotos, historias y escuchar las canciones de Servando y Florentino Primera de su ultimo Streaming –recordé muchos episodios de mi adolescencia, pues recordé que mi hermana menor era fan de ellos en su momento- y por supuesto, buscando un ángulo para hacer una foto.
Las nubes grises forman parte del paisaje. |
Pedalear, pedalear, caminar, pedalear y caminar, así transcurrió el ascenso hasta el último puente y punto de descanso/referencia, este sería el primer puente luego de la capilla de la Virgen del Carmen en sentido El Limón-Ocumare, eran las 4:50 pm, 3 curvas antes de llegar a la Capilla de la Virgen escuchamos que venía un vehículo grande y mi compañera comentó: Pediré la cola y si se para nos vamos, ya no puedo más, y por mucha caminata y resistencia que yo tenía, debo admitir que el típico calambre se manifestó intensamente en mis piernas y también las heridas de guerra del senderismo volvieron a manifestarse, por lo que quedarnos ahí y esperar que pasara el malestar no era una opción, por las siguientes razones: el tiempo de recuperación era indeterminado y había que aprovechar la oportunidad, a fin de cuentas, no estoy compitiendo y lo ideal era salir de ahí, así que agarramos la cola hasta el restaurante Rancho Grande, los últimos 6.5 km restantes hasta Portachuelo no los pude hacer como yo quería y cumplir el reto personal.
Las fallas no fueron mecánicas, sino físicas. |
A las 5:10 el camión nos dejó en el restaurante Rancho Grande, volví a conseguirme al Guardaparques que había saludado en la mañana y gentilmente me ayudó a bajar las bicicletas del camión, aun con el calambre en su apogeo y con el ego un poco pateado por no lograr el reto al 100%, debo aclarar que existen fallas mecánicas y físicas, y como excursionista que soy, hay que aprovechar los recursos disponibles, esos minutos en el supuesto descanso fácilmente se convertirían en 2 horas más de pedaleo tomando en cuenta que los últimos rayos del ocaso pronto darían paso a la noche, una lluvia leve se hizo sentir. En este sentido, ya en el restaurante entre conversa con la gente, pasó un largo rato, a las 7:15 llegó una de las muchachas con el grito de Guerra ¡Go Go Gooo! Lo cual me hizo reflexionar un poco más: “Ella viene con buenas condiciones y llegó a esta hora, si nos hubiésemos quedado abajo, fácilmente llegábamos a las 8:30-9:00 pm, sabia elección agarrar esa cola.”
El
resto del equipo fue llegando, y luego de prestar un par de linternas y
amarrarlas al volante de las bicicletas con un amarre cuadrado, aun con clima
de lluvia, comenzó el descenso hasta la alcabala, veníamos a paso lento, el
asfalto húmedo, el agotamiento y una maquina sin frenos, fui el último de la
fila –como dice la canción- avisando cada vez que venía un carro detrás de
nosotros y silbando a toda mecha como dicen para “avisar” a los conductores que
aún había personas en la carretera, así transcurrió el retorno. A eso de las
8:30 pm llegamos a la Alcabala de la GNB dando por concluida la rodada de hoy…
A
modo de reflexión y recordatorio debo resaltar que ES MUY IMPORTANTE EL USO DEL CASCO (OBLIGATORIO) y CONTAR CON UN
BOTIQUÍN DE PRIMEROS AUXILIOS y en los dos percances de ayer quedó
demostrado una vez más su utilidad y para rutas largas siempre es bueno y necesario
llevar 1-2 tripas de repuesto, el kit básico de herramientas para cambiar
tripas, reparar espiches o lo que surja durante la ruta.
Antes de que lo olvide, los datos arrojados por la aplicación Relive –con margen de error por fallas de cobertura- Duración de la actividad: 15:10 hrs, Distancia total 27.7 Km Velocidad máxima: 32,5 km/h, Velocidad promedio: 1,8 km/h, Punto más alto 1068 msnm.